¿Cómo enseñar a los niños a leer y escribir?

Actividades para implementar en clase.

Enseñar a leer y escribir a los alumnos de los primeros grados escolares no es tarea fácil, se requiere constancia y sobre todo la implementación de estrategias y actividades realmente pertinentes que promuevan la interacción de los estudiantes con la lengua escrita. Más allá del método que se esté implementando para la enseñanza, existen actividades que se pueden realizar de manera recurrente en el aula y que complementan de manera adecuada el proceso de adquisición de la lectura y escritura.

El siguiente listado de actividades puede apoyar de muy buena manera el trabajo de los docentes, se recomienda incluirlas en la planeación, elegir dos o tres de ellas e implementarlas durante cuatro a ocho semanas y posteriormente emplear otras hasta agotar el listado.

Lectura de las actividades de la rutina diaria:

Escriba la lista de actividades del día y léala en voz alta. Invite a los alumnos a leer del pizarrón la lista de actividades completa. Antes de cada cambio de actividad, pregunte a los estudiantes qué actividad sigue. Cuando los niños no pueden leer, deles opciones de interpretación. Dígales, por ejemplo: “¿Dirá matemáticas o dirá recreo?”, para que pongan en práctica la información que van aprendiendo sobre las letras: cómo empieza una palabra o cómo termina.

En sesiones posteriores, organice al grupo (en parejas o equipos pequeños) para que escriban en el pizarrón la rutina diaria. En este caso, promueva la reflexión y colaboración para tomar la decisión de qué letras serían más pertinentes para representar cada parte de las palabras. Pida a los estudiantes que comparen su escritura con las convencionales y que identifiquen qué letras sí emplearon y cuáles faltaron.

Lectura de los nombres de otros

Una variante del pase de lista podría ser la siguiente: organice turnos para que los estudiantes lean en voz alta los nombres de sus compañeros y registren su asistencia o inasistencia. Cuando a algún estudiante se le dificulte “leer” el nombre escrito de sus compañeros, indique que deberá pedir la ayuda del grupo para hacerlo.

Repartir materiales: organice turno para que los estudiantes repartan materiales (cuadernos, libros, crayones) a sus compañeros, atendiendo la escritura de los nombres de los propietarios. Cuando a los alumnos se les dificulte identificar la escritura del nombre de sus compañeros, proporcióneles pistas; por ejemplo: “Empieza con la ‘a’ de Alberto”. O bien, deles alternativas de interpretación; por ejemplo: “¿Dirá Alberto o Alejandra?”, “¿Con qué letra acaba Alberto?”, “¿Con qué letra acaba la que estás leyendo?”.

Juegos de mesa para anticipar lo escrito

Organice al grupo en equipos y lleve a cabo juegos de mesa tipo “Lotería” y “Formar pares”, en los que se combina la presencia de ilustraciones con la escritura de palabras siguiendo alguna temática particular en cada juego (por ejemplo, frutas, animales o colores). El material para estos juegos puede ser elaborado por los alumnos.

Lotería: organícelos en grupos pequeños (cinco estudiantes como máximo) e indíqueles que sigan la forma tradicional del juego; luego, reparta los cartones. Designe un cantor en cada grupo. Las tarjetas a cantar deberán presentar tanto la ilustración como el nombre del objeto, pero el cantor no deberá mostrarlas a sus compañeros. En el cartón de los jugadores se presentarán solo los nombres escritos de los objetos (sin artículos, a diferencia de la lotería tradicional). A la manera tradicional, cada educando tratará de identificar la escritura del nombre cantado y lo marcará con una ficha o semilla.

Anime a los estudiantes a discutir sobre la viabilidad de sus respuestas, a establecer comparaciones entre las palabras y a resolver los problemas que se vayan presentando en el juego.

Estos juegos pueden practicarse a lo largo del ciclo escolar, variando el tipo de palabras y la naturaleza del reto. Al inicio, es posible incluir palabras regulares que inicien con vocales o consonantes variadas en posición inicial (por ejemplo: “casa” y “pasa”). Más adelante, pueden proponerse palabras que inicien con las mismas consonantes, de modo que tengan que buscar otras pistas (por ejemplo: “oso” y “osito”). Las palabras deben ser diferentes cada vez que se juegue.

b) Formar pares: organizados en grupos pequeños (cinco niños como máximo) coloque diferentes pares de tarjetas a la vista de los participantes. Los pares de tarjetas estarán formados por una que contenga la ilustración de un objeto y otra solo con el nombre. Pida a los estudiantes que, por turnos, intenten encontrar el par que se corresponde.

Cuando los alumnos no pueden leer de manera convencional, pídales que determinen si las tarjetas elegidas son pares. Facilite su reflexión preguntándoles sobre el inicio o final de la palabra buscada.

Este juego también puede practicarse a lo largo del ciclo escolar, haciéndolo progresivamente más difícil.